Quien abre o reforma un local en Murcia suele encontrarse con la misma inquietud: ¿cumplirá la instalación eléctrica con el REBT? La duda no es menor.

Una instalación mal ejecutada puede derivar en sanciones de Industria, seguros que se niegan a responder o problemas en una inspección que obliguen a parar la actividad justo cuando más se necesita continuidad.

El servicio de instalación eléctrica en baja tensión no se reduce a pasar cables o montar diferenciales.

La normativa establece requisitos muy concretos —desde ensayos de aislamiento superiores a 1 MΩ hasta la verificación de diferenciales de 30 mA y protecciones contra sobretensiones— que no siempre resultan evidentes para el propietario de un negocio.

A esto se suma la parte administrativa: boletines, actas de verificación y toda una serie de documentos que, si no están en regla, pueden volverse un dolor de cabeza.

En este punto es normal sentirse perdido. Y es precisamente ahí donde conviene tener claro qué exige la normativa y qué pruebas técnicas deben realizarse antes de dar por válida una instalación.

Solo entendiendo este marco se puede abrir un local con la seguridad de que la instalación quedará protegida frente a fallos, respaldada frente a inspecciones y lista para el día a día.

¿Qué exige realmente el REBT en baja tensión?

El Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión (Real Decreto 842/2002) establece en sus Instrucciones Técnicas Complementarias (ITCs-BT) una serie de obligaciones mínimas que toda instalación debe cumplir antes de ponerse en servicio. Entre las más relevantes para un local comercial están:

  • ITC-BT-19: exige que el aislamiento de los conductores se verifique mediante un ensayo que garantice una resistencia mínima de 1 MΩ.
  • ITC-BT-24: establece la obligatoriedad de instalar dispositivos diferenciales de sensibilidad ≤30 mA para proteger a las personas frente a contactos indirectos.
  • ITC-BT-23: regula la protección contra sobretensiones, fundamentales en zonas con tormentas eléctricas frecuentes o con redes de distribución inestables.
  • ITC-BT-25: define las secciones mínimas de los conductores; por ejemplo, 1,5 mm² para circuitos de iluminación y 2,5 mm² para tomas de corriente en uso general.

En la práctica, estos números pueden sonar lejanos a quien está más pendiente de la apertura del negocio que de la normativa eléctrica.

Traducido a un lenguaje sencillo: la ley obliga a comprobar que los cables no pierden corriente, que los diferenciales saltan a tiempo para proteger a las personas, que existen dispositivos capaces de frenar una subida repentina de tensión y que los cables tienen un grosor suficiente para soportar la carga sin sobrecalentarse.

Imaginemos un ejemplo realista. Antonio está a punto de abrir “Cafetería El Puente” en el centro de Murcia.

La reforma avanza y ya tiene maquinaria de hostelería instalada: una cafetera industrial, un lavavajillas y varios frigoríficos.

Según la ITC-BT-25, los enchufes de uso general en barra y cocina requieren un conductor mínimo de 2,5 mm².

Sin embargo, el electricista que trabajó inicialmente dejó un circuito con 1,5 mm², lo mismo que se utiliza en iluminación.

En la primera verificación, la instalación no cumple y corre el riesgo de sobrecalentamiento y disparos constantes de los magnetotérmicos.

Gracias al ensayo de aislamiento y a la comprobación de los diferenciales, la deficiencia sale a la luz antes de la apertura.

Corregirla a tiempo le evita problemas de seguridad, sanciones y pérdidas de servicio en plena jornada laboral.

Este tipo de situaciones muestran por qué un servicio de instalación eléctrica no debe quedarse en lo aparente, sino garantizar que cada punto cumple con lo que la normativa dicta y que el local abre con todas las garantías técnicas y legales.

Cómo verificamos tu instalación antes de abrir el local

Una vez ejecutada la instalación, el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión (REBT) obliga a comprobar que cada circuito cumple con los parámetros de seguridad exigidos.

La norma no se queda en el papel: requiere ensayos prácticos que garanticen que los sistemas de protección funcionarán en el momento en que se necesiten.

El primer paso es el ensayo de aislamiento. Con un comprobador multifunción se inyecta una tensión de prueba en los conductores para medir la resistencia de aislamiento.

El REBT exige un mínimo de 1 MΩ, pero en la práctica se buscan valores mucho más altos, que aseguren que no existen fugas ni deterioros en los cables.

Si un cable presenta un valor bajo, el riesgo de derivaciones e incendios es alto y debe ser sustituido antes de poner la instalación en servicio.

Otro punto clave es la verificación de los dispositivos diferenciales. El ensayo consiste en aplicar una corriente de fuga simulada y comprobar que el diferencial dispara antes de los 30 mA establecidos por la ITC-BT-24.

Este test demuestra que, en caso de contacto indirecto, la persona quedaría protegida en milisegundos.

A estos controles se suma la termografía eléctrica, una técnica cada vez más extendida en inspecciones profesionales. Con una cámara infrarroja se detectan puntos de sobrecalentamiento en cuadros eléctricos, conexiones o líneas de alimentación.

Lo que a simple vista parece correcto puede revelar, a través de la termografía, un tornillo flojo o un cable forzado que tarde o temprano acabaría provocando un fallo.

Traducido a un caso práctico, imaginemos que María está terminando de equipar su tienda de ropa en Murcia.

Durante la verificación con termografía, se detecta que uno de los magnetotérmicos que alimenta la iluminación presenta un punto caliente anormal.

El problema no es evidente a simple vista, pero si se ignora, podría derivar en disparos continuos o incluso en un incendio en plena campaña de rebajas.

Localizarlo antes de abrir las puertas le evita interrupciones costosas y asegura que la instalación arranca en condiciones óptimas.

Boletín eléctrico y acta de verificación explicados en lenguaje sencillo

El boletín eléctrico, denominado oficialmente Certificado de Instalación Eléctrica (CIE), está regulado por el REBT, Real Decreto 842/2002, y en particular en la ITC-BT-04, donde se establece la obligación de que el instalador autorizado entregue un certificado tras finalizar la instalación.

Este documento confirma que la instalación ha sido ejecutada y verificada de acuerdo con las prescripciones del reglamento, indicando la potencia instalada, la sección de los conductores, las protecciones y el resultado de las pruebas de seguridad.

En términos sencillos, el boletín es como el “carné de identidad” de la instalación eléctrica. Sin él, la empresa distribuidora no autoriza el alta del suministro y, en caso de inspección, la instalación se considera irregular aunque funcione.

Acompañando al boletín se entrega el acta de verificación, que recoge los resultados de las pruebas practicadas: ensayo de aislamiento, comprobación de diferenciales, continuidad de conductores de protección, entre otros.

Es la evidencia técnica de que todo lo que figura en el boletín ha sido realmente comprobado y cumple con los valores mínimos que exige la norma.

Para un propietario de local, lo importante es entender que estos documentos no son un trámite secundario.

Son la llave para evitar sanciones de Industria, garantizar la cobertura del seguro en caso de siniestro y demostrar, en una inspección futura, que la instalación fue realizada correctamente desde el inicio.

En este sentido, la práctica profesional consiste también en la gestión documental. Cada proyecto queda archivado con su boletín y su acta, de modo que, si años después se produce una revisión o se solicita información adicional, el cliente pueda presentar el expediente completo sin perder tiempo ni exponerse a sanciones.

Un sistema de archivo claro y ordenado marca la diferencia entre improvisar ante una inspección o tener todo resuelto desde el primer minuto.

Por qué necesitas un instalador autorizado que responda

En el día a día, muchos locales recurren a un “manitas” o a alguien con nociones de electricidad para resolver una reforma rápida. A corto plazo puede parecer una solución más barata, pero en cuanto llega una inspección de Industria o un perito de la aseguradora, esa instalación carece de validez.

Sin boletín eléctrico, sin acta de verificación y sin firma de un instalador autorizado, el local queda en una situación irregular y, en caso de incidente, el seguro tiene la puerta abierta para rechazar la cobertura.

La diferencia con un instalador regulado no es solo el conocimiento técnico, sino la responsabilidad legal. Cada documento que acompaña a la instalación lleva una firma y un número de registro.

Eso significa que, si un inspector pide información años después, hay un profesional colegiado que responde y un expediente archivado que respalda el trabajo. Esa trazabilidad es la que convierte una instalación en algo sólido y defendible.

Un ejemplo muy común se da en locales de hostelería. Imaginemos que, tras una sobrecarga, se produce un incendio en un cuadro eléctrico. Si la instalación la hizo un autónomo no autorizado y no existe boletín registrado, el seguro puede negarse a cubrir los daños.

En cambio, con un expediente completo y firmado, el cliente demuestra que la instalación cumplía el Reglamento y que se habían realizado las verificaciones correspondientes.

Esa diferencia puede significar mantener el negocio abierto o enfrentarse a un cierre prolongado con pérdidas económicas.

Por eso, cuando se habla de un servicio de instalación eléctrica, no se trata de cables y diferenciales únicamente: se trata de respaldo, de seguridad jurídica y de tener la tranquilidad de que siempre habrá alguien que dé la cara en caso de inspección o siniestro.

La seguridad y continuidad de tu negocio depende de cómo se haga la instalación

Cada local tiene sus propias exigencias, pero todos comparten la misma necesidad: una instalación eléctrica que no falle y que esté en regla desde el primer día. Cumplir con el REBT no es un formalismo, es lo que asegura que su negocio pueda funcionar sin interrupciones y sin riesgos.

Si está en Murcia y necesita que su instalación eléctrica cumpla con la normativa sin sorpresas, podemos acompañarle en todo el proceso para que abra con tranquilidad y respaldo técnico.